Porrusalda

Moby Dick

Hace mucho tiempo en «Que grande es el cine» escuché hablar bien de esta novela clásica. Obviamente conocía de la existencia del libro pero no había tenido nunca la tentación de leerlo. A pesar de ensalzarla en el programa hablaban de que Herman Melville divagaba demasiado perdido entre tecnicismos. Después de aquello la había olvidado un poco pero en El terror, novela de la que hablé hace poco, venía una cita del libro bastante atractiva así que me decidí a leérmelo.

El comienzo del libro de Melville invita a la aventura y te atrapa prometiendo una lectura muy entretenida. Pero después, en mi opinión, el libro pierde bastante fuelle en cuanto ritmo. El autor se sumerge en el retrato psicológico del mítico Ahab e intercala extensos artículos técnicos sobre las ballenas y su pesca que hacen que el libro sea bastante farragoso. Yo personalmente estaba deseando que llegara el final, que el autor pospone perdido en la perturbación del capitán obsesionado con la persecución de una ballena que apenas aparece en el libro hasta el infausto final.

Lo más destacable del libro, aparte de la capacidad de Melville para la introspección psicológica, es la capacidad de este para asumir distintos estilos, imitando textos técnicos, dramáticos o relatos de aventuras; así como distintos puntos de vista, a veces siendo el narrador interno Ismael, otras veces apartándose y siendo un narrador omnipresente. Destacar también que realiza un interesante reportaje de la época en la que vive, con un tono marcadamente humorístico, de un modo directo y también usando esos artículos técnicos como metáfora de la sociedad en la que vive.

Herman Melville era hijo de un comerciante que quebró y por eso no tuvo una vida fácil. Trabaja desde joven y sus populares relatos de viajes se basan en su experiencias en la vida real. Escribe novelas de aventuras en ultramar y llega a tener gran éxito antes de conocer a Nathaniel Hawthorne que era otro escritor conocido pero con un estilo más profundo. Este encuentro afecta a su escritura, tratando de asemejarse a su colega y esto se refleja en obras como Moby Dick. Este cambio hace que pierda lectores y esta misma novela más conocida que el propio autor no resulta exitosa por su estilo que extraño al público. Hasta décadas más tarde no se empezó a valorar y ahora es uno de los grandes clásicos de la literatura.


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